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La elección del doble o triple acristalamiento y la utilización de vidrio especiales aumentan la eficiencia de la ventana en términos de aislamiento térmico y acústico, y seguridad.
Hablando de ventanas, no hay dos instalaciones iguales. No es lo mismo un piso, que una casa o local comercial. De hecho, las ventanas de un mismo inmueble pueden ser diferentes, en función de su orientación, tamaño y otros factores.
El acristalamiento de la ventana, con sus correspondientes cámaras intermedias, es un elemento fundamental en la composición de una ventana eficiente. En función de las necesidades, podremos elegir entre un doble o triple acristalamiento. Y en condiciones exigentes en cuanto al clima, ruido o seguridad, el uso de vidrios especiales mejorará notablemente el rendimiento de la ventana.
La ventana estándar de PVC que instalamos hoy en día es de doble acristalamiento. Se construye con dos láminas de vidrio de al menos 4mm, separadas por una cámara de 16mm que contiene aire o gas argón (éste último es más denso que el aire y más eficiente en términos de aislamiento térmico).
La ventana de PVC de doble acristalamiento ofrece excelentes prestaciones en aislamiento térmico y acústico, y es adecuada para la mayoría de inmuebles (en zonas de clima templado).
No obstante, en determinadas situaciones puede ser recomendable la utilización de ventanas con triple acristalamiento. Se añade un vidrio más y, por tanto, una segunda cámara intermedia, también rellena de aire o gas argón, que aumentan su capacidad aislante.
El valor U de la ventana de doble acristalamiento es de 2,2, mientras que la de triple acristalamiento es de 1,8. Cuanto más bajo es el valor U, más aislante es una ventana.
El triple acristalamiento es más caro. Lo instalaremos solamente cuando la inversión resulte rentable en relación con el ahorro energético que facilite.
Recomendaremos el triple acristalamiento en viviendas o locales muy expuestos a las inclemencias del tiempo, en zonas muy ventosas y también en ubicaciones muy ruidosas, ya que este tipo de ventana logra una gran reducción de ruido respecto al exterior.
No se recomienda instalar ventanas de triple acristalamiento en inmuebles con fachadas muy antiguas, ya que no compensa el ahorro energético que se logra con la ventana si se pierde calor por otros elementos de la fachada.
El vidrio bajo emisivo, ‘low e’ o ATR (Aislante Térmico Reforzado), es un vidrio con un revestimiento especial en una de sus caras que, por un lado, deja pasar la energía y luz solares y, por otro, tiene la capacidad de retener y rebotar la energía generada en el interior de la estancia por los sistemas de calefacción.
El vidrio bajo emisivo es incoloro, deja pasar la luz como un vidrio normal, y es especialmente recomendable en zonas muy expuestas a las inclemencias del tiempo, así como en ventanas de grandes dimensiones, más susceptibles de provocar fugas de calor.
Este vidrio reduce los efectos de ‘pared fría’ y ‘pared caliente’ en la zona de la ventana. Mantiene la temperatura estable en el interior, reduciendo el riesgo de condensaciones y aumentando el confort.
El vidrio bajo emisivo puede disminuir hasta en 1 punto el valor U de la ventana.
Las viviendas con orientación sur pueden sufrir, sobre todo en verano, un exceso de luz y radiación solar. El vidrio de control solar atenúa ambas cosas: bloquea parte de los rayos UVA y reduce la entrada de luz, gracias a un tratamiento que provoca un muy leve oscurecimiento del vidrio (apenas se nota).
El vidrio de control solar aumenta el confort en la vivienda en los meses más calurosos y evita el desgaste por exceso de luz solar de muebles, paredes, suelo…
El vidrio bajo emisivo puede hacer recomendable el vidrio de control solar, para atenuar el calor procedente del sol en los meses más calurosos.
Si vives en una zona muy ruidosa o, en general, quieres disfrutar de la máxima tranquilidad en tu vivienda o local, podemos reforzar el aislamiento acústico de tus ventanas con vidrio especial laminado con un material denominado butiral de polivinilo acústico.
Este cristal especial presenta una capacidad superior como barrera al ruido exterior respecto al vidrio estándar. En función de la necesidad, se pueden utilizar diferentes variaciones de laminado para obtener resultados aún más optimizados.
La seguridad es otro de los factores a tener en cuenta a la hora de diseñar una ventana. El vidrio laminado, además de proteger frente al ruido, es también más resistente en caso de impacto.
Los edificios con fachada acristalada están obligados a instalar este tipo de vidrio que, sin bien no es 100% irrompible, es mucho más seguro ya que, en caso de rotura, los trozos permanecen unidos, de forma similar al parabrisas de un coche.
También se instalan así en locales comerciales y, en general, en cualquier inmueble en la que puedan estar en riesgo personas.
En casa, este vidrio laminado de seguridad es recomendable en grandes huecos y en plantas bajas, que puedan ser además susceptibles de un intento de allanamiento.
Si quieres solicitar información sobre nuestros servicios, por favor, deja tus datos y mensaje. Nos pondremos en contacto contigo. Muchas gracias.